París, 26 jul (PL) El fiscal de París, François Molins, informó hoy que uno de los dos individuos que atacaron una iglesia en Normandía era un francés de 19 años llamado Adel Kermiche, quien ya era conocido por los servicios antiterroristas.
Ese joven y otro que todavía está en proceso de identificación, secuestraron esta mañana a cinco personas en ese centro religioso y antes de ser abatidos por las fuerzas de seguridad, degollaron al sacerdote y provocaron heridas a otros tres rehenes.
En rueda de prensa, Molins explicó que en marzo de 2015 Kermiche fue interceptado en el intento de llegar a Siria, al parecer para unirse a grupos terroristas, por lo que fue puesto bajo control judicial con prohibición de abandonar su domicilio.
Dos meses después el muchacho volvió a desaparecer y lo localizaron en Turquía, en otro intento de entrar a Siria, tras lo cual fue deportado a Francia.
En la nación gala, fue detenido de forma provisional y luego enviado a reclusión domiciliaria bajo supervisión judicial, con la obligación de portar un brazalete electrónico y la posibilidad de salir únicamente en las mañanas.
Durante la agresión de este martes, los atacantes dijeron pertenecer al Estado Islámico, y horas más tarde el grupo terrorista reivindicó la autoría del hecho.
En una declaración esta noche desde el Palacio del Elíseo, el presidente François Hollande afirmó que «Francia está en guerra y será una guerra larga».
Al referirse al suceso de la iglesia, lo definió como «un acto imperdonable» y «una nueva prueba» para la nación.
Agregó que el Gobierno aplicará con toda la fuerza el estado de emergencia, aprobado por el Parlamento para los próximos seis meses, lo cual da la capacidad a las autoridades de actuar para enfrentar la amenaza extremista.
Para mañana está prevista una reunión del Consejo de Seguridad y Defensa dirigida a puntualizar los detalles de la situación tras el ataque, ocurrido menos de dos semanas después de otro atentado en la costera ciudad de Niza, en el cual murieron 84 personas.
Hollande también tiene planeado un encuentro con la Conferencia de representantes de los cultos en Francia, que reúne a la religión católica, la ortodoxa, las protestantes, el islam, el judaísmo y el budismo.
Por otro lado, el mandatario galo habló por teléfono con el papa Francisco para expresarle «la tristeza del pueblo francés luego del odioso asesinato del padre Jacques Hamel por dos terroristas».
El jefe de Estado agregó que cuando un sacerdote es atacado, toda Francia se siente aludida, y se harán los esfuerzos necesarios para proteger las iglesias y lugares de culto.